mércores, 8 de xuño de 2016

6.6 Internet y Las Nuevas Tecnologias










Estamos en un momento de la humanidad muy interesan-
te. Desde hace ya unos años, intento imaginar qué sensación
de incertidumbre y confusión tenían los ciudadanos de
siglos anteriores ante los nuevos inventos y artefactos tec-
nológicos, es decir, los que vieron el nacimiento de la radio,
el teléfono, la luz e incluso el de la imprenta. Supongo que
deberían vivir con mucha perplejidad y escepticismo las
ventajas que cada uno de estos aparatos les podía aportar a
su vida cotidiana. ¡Y fíjense hoy! ¿Se imaginan un mundo sin
radio, sin televisión, sin electricidad o sin teléfono?
Y es que las nuevas tecnologías no nos dejan indiferentes.
Imagínense por un momento: ¿si hace unos años, alguien les
hubiera contado que cada uno de nosotros llevaría un
pequeño teléfono sin hilos (móvil) para comunicarse con
cualquier persona en cualquier sitio y en cualquier momen-
to, se lo hubieran creído? Muy probablemente, no. El éxito
de cada una de estas nuevas tecnologías se basa, principal-
mente, en la ruptura de la concepción clásica de espacio y
tiempo. Y ahí es donde reside la clave para incorporarlas
también con éxito en las diferentes facetas y ámbitos de
nuestra vida.
En el ámbito educativo, por ejemplo, parece mentira que
nos cueste tanto incorporar estas nuevas herramientas tec-
nológicas. El problema, creo yo, va más allá del simple uso
de la tecnología y tiene mucho más que ver con la capacidad
creativa de la administración, familias, maestros y educado-
res. Y es que las nuevas tecnologías (Internet, móviles,
dvd’s,...) nos dejan actualmente, y en muchas ocasiones, en
evidencia
: llevamos trabajando de la misma forma y siendo
esclavos de unas creencias educativas y organizativas típi-
cas de sociedades de naturaleza más bien analógica (indus-
trial, individual y rígida), que digital (informacional, coopera-
tiva y flexible). Ante esto, no es de extrañar que más de un
autor se haya referido a que tenemos escuelas propias del
siglo XIX, maestros del XX y alumnos del XXI.
En el mismo sentido, y en sintonía con Seymour Papert,la
introducción de las TIC en los centros educativos es positiva
para reforzar y promover motivación en el aprendizaje de las
diferentes materias o disciplinas curriculares. No obstante,
este modelo descrito anteriormente, creo que está muy lejos
de un planteamiento realmente innovador que provoque a
corto y largo plazo una transformación educativa global.

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